miércoles, 20 de marzo de 2013

El buen pastor Christian Bale


John Miller (Christian Bale) llega a un convento de monjas menores de edad en Nanking para enterrar al cura. Pero se encuentra con la tragedia. Es 1937 y el ejército japonés ha decidido invadir la ciudad china, provocando una masacre. ¿Debe quedarse a ayudar o marcharse de allí? Comentamos la última película de Zhang Yimou, el director más intercultural del llamado nuevo cine chino.

Zhang Yimou es uno de los nombres más representativos del cine chino en Occidente. A través de superproducciones como "Hero" (2002) o "La casa de las dagas voladoras" (2004), centradas en el género de las artes marciales, el director logró cimentar un estatus de popularidad a nivel mundial. En la última década, Yimou ha realizado un giro de 360º en su carrera al abandonar la dimensión social y crítica de sus primero filmes, por una búsqueda de la grandilocuencia. Temas históricos en los que se ensalza la figura del pueblo chino han pasado a ocupar el lugar central de su filmografía. El mejor ejemplo de ello es "Las Flores de la Guerra" (2011), filme de época que narra la Masacre de Nanking (uno de los episodios más violentos de la segunda Guerra Chino-Japonesa).

La interculturalidad está presente en todo momento en "Las flores de la guerra". Se trata de una cinta extraña en lo que a la producción cinematográfica china se refiere. En primer lugar, por su particular mezcla de idiomas. Pocos filmes chinos mezclan el uso de esta lengua milenaria con el inglés (el 40% del diálogo) a partes iguales. En segundo lugar, el mensaje del filme adquiere tintes sociales inclusivos al destacar el papel de la mujer como segmento de representación de la totalidad del pueblo chino. Un grupo de prostitutas y un grupo de monjas se ven obligadas a convivir en el seno del convento y resistir la invasión. 


Estudiantes de convento y prostitutas se ven obligadas
a colaborar para resistir la invasión japonesa
Estas evidencias responden al marcado protagonismo que ha adquirido Zhang Yimou como uno de los intelectuales predilectos del régimen chino en su aperturismo a nivel internacional. Ya en 2008 fue designado por el presidente Hu Jintao como responsable de la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Pekín, con objeto de desplegar una imagen positiva de cara a Occidente. "Las flores de la guerra" constituye así un paso más en ese objetivo de conjugar temáticas típicamente orientales con una narrativa occidental.

Puentes entre Occidente y Oriente

La presencia central de Christian Bale en la cinta es indudable. En resumidas cuentas, la figura de su personaje (John Miller) evoluciona a lo largo de la narración de forma sorprendente. Cuando llega a la iglesia derruida, nos encontramos ante un mercenario que pretende dejar a las niñas del convento a su merced y huir del peligro que representa la invasión de Nanking. Poco a poco, su actitud cambia hasta el punto de que cuando el ejército japonés irrumpe en el convento se hace pasar por el cura del centro religioso y protege tanto a las estudiantes como a las prostitutas que acuden a refugiarse allí.



La lógica industrial se impone como explicación de la presencia de Bale en el filme. El actor declaró en su momento estar muy interesado en trabajar con un autor tan prestigioso como Yimou. Por otra parte, "Las flores de la guerra" se planteó como una superproducción china que buscaba conquistar el mercado internacional, para lo cual se necesitaba una estrella que encabezara el cartel. Pero también responde a motivos narrativos. Resulta peculiar que un personaje occidental se erija como el responsable de proteger a una nación sitiada, en la que el ejército chino ya ha sido derrotado. El propio Yimou ha reconocido la complejidad de esta premisa argumental: "Es un personaje extranjero, un ladrón, que se convierte en un héroe y salva las vidas del pueblo chino. Eso nunca ha pasado en el cine chino y creo que nunca volverá a ocurrir en el futuro".

Christian Bale se hace pasar por el cura del convento
El guiño a la convivencia entre Occidente y Oriente no se cumple en otros casos. La complejidad de la reconstrucción histórica de unos hechos tan controvertidos y la necesidad de promocionar el orgullo nacional hacen que la imagen de los japoneses no queda tan bien parada en la cinta. Se trata del enemigo, del "otro" que busca sin motivo el exterminio de toda persona que pase por su camino y que muestra una especial crueldad al asaltar el convento, a pesar del estatus de protección especial de este espacio. La representación se asemeja a la de "Ciudad de vida y muerte" (L.Chuan, 2009) que abarca también el tema de la Masacre de Nanking. Ambas presentan las violaciones en masa que perpetró el ejército japonés, si bien la segunda lo hace de forma más fría, realista y con un enfoque documental. No obstante, la cinta de Chuan resulta menos maniqueísta al incluir además testimonios de japoneses que estuvieron allí y proclaman su arrepentimiento.

En contrapartida, no hay ejército chino que se enfrente a él. Solo queda el pueblo, representado únicamente por mujeres. Mujeres de diverso signo, religiosas y prostitutas que renuncian a sus diferencias por la causa de la salvación. El pueblo chino queda enmarcado así en el estereotipo excesivamente positivo. Esta coartada argumental permite a Yimou adoptar un toque estético poético en buena parte del filme, cercano más al melodrama que al cine bélico.



¡Vivir! (1994) crítica directa al Gobierno de Mao Tse Tung
Compleja relación con el Partido Comunista

No obstante, Zhang Yimou ha sido durante buena parte de su carrera uno de los intelectuales más críticos con el régimen chino. Sonados fueron sus desencuentros con la censura en filmes como "La Linterna Roja" (1991) y en especial "¡Vivir!" (1994), un retrato descarnado de las vivencias de una familia durante el régimen de Mao. No obstante, ambas partes se han dado cuenta de que se necesitan mutuamente. El Gobierno sabe que su inversión será rentable. No en vano, "Las Flores de la Guerra" fue la sexta cinta más taquillera de China en 2011 (95 millones de dólares). Por su parte, Yimou depende del apoyo financiero del Gobierno, para lo cual ha adoptado por evitar el empleo de la crítica política directa por estrategias narrativas más indirectas y poéticas.

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